Ángel, un héroe de cuatro patas
Ángel era un perro criollo que vivía en Saboyá, Boyacá, y que, un día sin pedirlo, se convirtió en la pieza clave para crear aquella ley que le permitiría a cada peludito tener una voz que representara su dolor ante un país con gran cantidad de víctimas por maltrato animal.

Su cuerpo fue hallado con señales de tortura, y su historia, difundida por medios y redes, generó una indignación colectiva sobre la crueldad desmedida por la que tuvo que pasar Ángel para llegar a una ley que asegurara no más impunidad frente al dolor de los seres sintientes.
“La Ley Ángel para el tema del activismo ha sido muy importante porque nos ha dado unas herramientas que antes no teníamos. Ahora le da facultades a la policía para que ellos puedan entrar sin una previa orden de un juez”, expresó el activista Andrés Preciado para Sextante Digital.
Ahora, la Ley Ángel representa un símbolo de avance jurídico en un país que durante décadas normalizó el abandono y el maltrato. De acuerdo con la Universidad del Rosario, las denuncias por crueldad animal aumentaron un 40 % desde la promulgación de la ley, lo que demuestra que, aunque siguen presentes numerosos casos de maltrato animal, muchos de ellos están siendo denunciados y representan una voz que se atreve a hablar por quienes no pueden hacerlo.
